Predicar con el ejemplo
¿Quieres que tus hij@s coman bien y tomen jugos de verduras? - Empieza por ti comiendo saludable
¿Quieres que tú familia medite? - Medita todas las mañanas y noches
¿Quieres que tus niños y niñas duerman temprano? - Duérmete temprano
¿Quieres que tus hijos hagan ejercicio? - Haz ejercicio
El ejemplo es poderoso y puede más que las palabras. Así que si deseas que tu familia tenga mejores hábitos empieza POR TI, acuérdate que si cambiamos por dentro el exterior cambia.
Obligarlos, gritar e imponer la comida no es una buena estrategia, ni premiar o castigar con alimentos. El momento de alimentarnos es natural y neutral, no tiene que ir ligado a emociones.
